La Asociación de Artesanos Alimentarios de Castilla y León se crea el 12 de Febrero del año 2002. Varios pequeños productores agroalimentarios, ante la necesidad de unificar y proteger las pequeñas elaboraciones de la Comunidad quese estaban realizando de forma y manera artesanal deciden unirse y fundar la Asociación en virtud de lo recogido enla Constitución Española en su artículo 130.1: «Los poderes públicos atenderán a la modernización y desarrollo de todos los sectores económicos y, en particular, de la agricultura, de la ganadería, de la pesca y de la artesanía a fin de equiparar el nivel de vida de todos los españoles.»Desde entonces cada año aumenta el número de socios, en la actualidad superan los 150, de todas la provincias, siendo Valladolid la que mayor número de miembros aporta a la Asociación, seguida de cerca por León.

Desde julio del 2017 se dispone de una nueva sede en el barrio de parquesol, en Valladolid. En ella hay una zona reservada exclusivamente a la exposición de todos los productos y de todas las empresas que la componen, así como oficina y sala de reuniones. Desde las instalaciones de la Asociación su personal, atiende a los productores socios y coordina las actividades en las que participan, como ferias, mediante las que se ofrece a los artesanos la posibilidad de dar a conocer su producto por toda Castilla y León, la organización de los Premios Artesanos del Año y colaboraciones en otros eventos externos.

Además, dispondrán de un espacio en la web www.artesanoscyl.es en el cual aparecerán varias fotos y un pequeño texto que el propio artesano hará llegar a la Asociación a través del correo informacion@artesanoscyl.es.

Pero, ¿a qué llamamos artesanía alimentaria?

El decreto que la regula establece una definición clara: La actividad de producción, elaboración, manipulación o transformación de productos alimentarios que está sujeta a unas condiciones que, siendo respetuosas con el medio ambiente, garantizan al consumidor un producto final individualizado, de calidad y características diferenciadas gracias a la intervención personal del artesano. Para conseguir este producto de calidad no se pueden utilizar potenciadores de sabor, colorantes o saborizantes artificiales, cuando existan naturales y se deberá partir de materias primas seleccionadas mediante los controles de calidad que demanden la naturaleza de aquéllas.

Una vez terminado el producto cumpliendo todos los requisitos establecidos en el decreto, los productores podrán etiquetar sus productos como artesanos cuando hayan sido obtenidos con arreglo a la norma y la empresa se encuentre inscrita en el Registro Artesanal Alimentario de Castilla y León.